domingo, 7 de diciembre de 2014

PARA LLEGAR A NEW PORT: LA TABA TÓXICA DE ROGER SANTIVÁÑEZ, por Paul Guillén



NewPort, reciente conjunto de textos de Roger Santiváñez posee dos características principales: 1) coloquialismo y 2) flujo de conciencia.
En cuanto al primer término, podemos ver que en los poemas iniciales de New Port, hay una necesidad de croniquear los espacios, situaciones y personajes, con los que el sujeto interactúa. En “Intro” tenemos el relato de una historia puesta en pasado, donde hay un lumpen llamado Vietnam (ratero) frente a un poeta (letrado), pero que comparten el mismo lugar de la marginalidad (la droga). Además, esta idea de lo coloquial se refuerza con el uso de la oralidad: “nadie / Se metía conmigo Habla poeta todo el mundo”. El final de “Intro” (“Yo sólo lo recuerdo como el / Loco Vietnam de Puerto Nuevo que una / Tarde maldita conversó & chupó conmigo”) le rinde un homenaje explícito al poema “Al amigo napolitano entre botellas van y vienen” de Manuel Morales. En esta cita final, me interesa remarcar dos palabras claves para el desarrollo posterior del flujo de conciencia. Solo las mencionaré por ahora y las dejaré ahí flotando: loco y maldita.
El segundo texto se titula “Balada de Jimmy Marchena”, y sigue la misma estrategia que el anterior poema dentro del sistema coloquial: la preponderancia del narrativismo y el prosaísmo (personajes, diálogos, acciones). Hay que anotar que siempre los diálogos están en estilo directo lo cual crea empatía con el lector (José Morales Saravia en un artículo llama a esto “solidaridad ritual con el lector”). Pero esta “Balada…”, recuerda más a una dicción beatnik, donde los referentes de la cultura de masas (John Lennon, siempre es el rock en New Port) conviven con la jerga (taso, cachitos), las drogas (paco de marimba) y el zen (“Con su posición de loto & estilo zen / Que me baciló un culo”). Además, propone un juego intertextual con los versos “oh musa / Canta la yerba de New Port & la / Entrada en el carro a la volada”, si bien es cierto que se troca la “cólera de Aquiles” por la presencia de la yerba, lo que quisiera poner en evidencia es la expresión “a la volada”, esto indica peligro, proximidad del peligro. En unos versos encabalgados se dice “& elástica caminada blue-jean impe / Cable zapatos de gamuza oh musa”, como sabemos el INPE es la entidad encargada del control en las cárceles peruanas, por su parte, “cable” remite a varias ideas como electricidad (tortura), suicidio, protección de un lugar, etc. La secuencia “gamuza” / “musa”, en términos de ritmo da paso para la cita homérica, y el encabalgamiento como vemos se mantiene dentro de lo limpio (son impecables los zapatos de este hippie peruano en “Balada…”).
El tercer texto es “Negro Lalo”, en estos tres primeros poemas se repite la palabra “loco”, en suma, es notorio que se trata de personajes marginales, drogadictos, asaltantes, más adelante hará su aparición prostitutas y homosexuales. En este texto, el procedimiento del coloquialismo sufre una primera alucinada: “Computé que Vietnam sido había el autor [del robo]”, lo interesante es cómo auxiliar y verbo figuran en orden inverso, en vez de decir “había sido”, se afirma “sido había”, esto connota un problema en el sujeto de la enunciación, algún estímulo se empieza a manifestar y cambia la secuencia lógica de la frase. Porque en ningún sentido se puede decir que funcione un hipérbaton, mas bien esto parece ligado a un primera escisión del sujeto poético: un lapsus, una laguna.
El cuarto texto se titula “La Taba Tóxica”, poema o bloque presentado como un Homenaje a Antonin Artaud & William Burroughs. El poema empieza reconociendo al sujeto como enfermo e incapacitado siquiera para escribir un poema: “DESPERTE a la Enfermedad soy un adicto terminal a la pasta básica de cocaína (…) ya no me da la cabeza ya no puedo escribir un poema”. Aquí, lo importante es que se trata de instalar un presente, e incluso son promesas (“no volveré [a consumir pastel]”). En “La Taba Tóxica” el sujeto se ensucia (“mi sucia ropa calcinada”).
En el apartado número 3 de este poema se da plenamente el flujo de conciencia:

“CANTIDAD de pay en la cama de sole con cadete y los patas echados cual

romanos en el brain obnubilado la neurosis perseguida pero las sienes ya no sienten

nada son sólo ricuras del despropósito anhelado deducciones inminentes de una

intervención que nos llevaría de frente a canadá he allí la hipotenusa de los

excitados miembros juveniles de la banda más abyecta extrañeza procesada en la

ilusión consciente del espacio translucido”

En principio, hay una constante aliteración de la “C” (cantidad, cama, cadete, ricuras, canadá, etc.), la “C” es una oclusiva palatal sorda, aquí se liga con cantidades, objetos, personas, condiciones y lugares. La repetición de la “C” da un ritmo de imágenes superpuestas, con velocidad inusitada y sin aparente orden. Esto, también, funciona vía la asociación libre del flujo de conciencia que se desarrolla en las 7 estancias de “La Taba Tóxica”.
Por otra parte, “brain”, “neurosis”, “sienes”, connotan una red de sentido que se refuerza con que “las sienes ya no sienten nada”, sienes y sienten, en homofonía, normalmente pertenecen a un mismo campo semántico, pero, aquí, se afirma que ya no sienten nada, no están dispuestas al dolor ni a la normalidad. A su vez, de nuevo se instala la idea del robo: “intervención que nos llevaría de frente a canadá”, se puede entender “canadá” como cárcel, o este verso, también, puede leerse desde lo literal: “la banda más abyecta” llega a Canadá.
En este apartado número 3 se da un despliegue fructífero de la estética neobarroca:

La noche de los tiempos finales caracolean los caballos envueltos por el rifle de los

disparos del sargento preston milico pastelero compacto ausculta siempre

mordiendo desde la esquina entreveros de callejas imposibles deshechos técnicos

de las formas entusiastas resuena el lucero del alba qué tal celaje indescriptible

creo que por eso nomás yo fui adicto precioso decorado de un amanecer

intrascendente camote y chicharrón
 
            Primero, me voy a fijar en los verbos. Tenemos “caracolean”, “ausculta”, “mordiendo”, “resuena”, “fui”, este último verbo está en pasado y nos habla de la prehistoria del sujeto como adicto. En tanto, el primer verbo se construye en función de un tiempo (noche de los tiempos finales) y una comparación (esa noche como caballos envueltos por el rifle de los disparos). Los  verbos segundo y tercero se unen a la figura del sargento como figura de represión. Y el verbo “resuena” se inscribe dentro de la alucinación del adicto luego de su “viaje”. Los verbos son importantes, porque enhebran el sentido mediante un ritmo proliferante. Veamos un ejemplo de este ritmo: “sargento preston milico pastelero compacto ausculta”, hay un sujeto “sargento” que es adjetivado por milico, pastelero, compacto; y verbalizado por ausculta; esto quiere decir que la proliferación se da en el sentido como en la forma de la expresión. El sentido avanza casi palabra por palabra, muchas veces se niega a formar frase. Otra veces este ritmo es de superposición: “entreveros de callejas imposibles deshechos técnicos / de las formas entusiastas resuena el lucero del alba”, donde tenemos que podemos leer este fragmento como tres frases independientes, e incluso podemos leer con el encabalgamiento de dos distintas maneras: 

1) “entreveros de callejas imposibles”.
2) “deshechos técnicos” o “deshechos técnicos / de las formas entusiastas”.
3) “de las formas entusiastas resuena el lucero del alba” (en este caso podemos leerlo como un hipérbaton) o “resuena el lucero del alba”.  

En el apartado 6, el sujeto enfermo sufre una diferenciación de su propio yo: “PARECIA IRREVERSIBLE aquella vida despotricada se cambiaban de vereda / cuando me veía venir”, lo que nos llama la atención es el verbo “veía”: los que se cambiaban de vereda (ellos) veían, él sujeto que “veía” es el poeta. La lógica es esta: el sujeto enfermo avanza y es visto por ellos (los otros, los que se cambian de vereda), pero, instantáneamente, el sujeto sale de sí mismo y él mismo se ve como viene. Es algo que podría entrar dentro de una experiencia nonsense, catatónica, o del tipo ralentización de tiempo, espacio y acciones.
En la sección 7, el sujeto enfermo tiene que salir de esa rutina para poder sobrevivir: “TENIA que quitarme antes de mancar en amancaes” y la forma en que se “quita” (salir de una situación) es lo no dicho del amor: “Hubo un aterrizaje simbólico en lo no dicho del amor pero no penetración”, este verso es bastante oscuro dentro de la secuencia de New Port parece que lo no dicho puede ser una comunión espiritual con la pareja. Pero, contrariamente, luego se propone como salida: aniquilar al yo o cuando menos sacarlo de ese circuito de adicción, donde el cuerpo enfermo es ingobernable. Creo que cuerpo y lenguaje, en estos poemas, funcionan como una unidad: “categorías existidas previamente a la descomposición del yo / carnívoro el encé-falo grama”, esta desmembración del yo se da cuando el sujeto se ve a sí mismo, la mención a falo (poder) y grama se da en concordancia con la alusión a escritura. Es por eso, que al final se conceptúa a la escritura como “la santidad de la canción”. Si lo marginal está atravesado por lo sucio y opaco, la escritura se caracteriza como lo puro, lo santo, lo salvífico.
Apuntados estos elementos, puedo decir que New Port tiene momentos espectrales o fantasmales, en “La Taba Tóxica”, porque los primeros tres textos son preparatorios de una dicción (se crea un ambiente de descomposición o como se dice en un verso de putrefacción y no perfección). El lenguaje, también, se va a ver a sí mismo desde lejos, y va a cruzar la calle para tener conciencia y escribir: “Médula que se bulboraquídea planicies serranas antediluvianas piuranas / desérticas almohadas”. La mención al cuerpo (médula), el territorio (planicies, desierto) y el sueño (almohada) refuerza la idea que el poeta transita desde la marginalidad urbana hacia una calma en el espacio de la naturaleza.

Leer New Port:
http://www.vallejoandcompany.com/poemas-de-new-port-ultimo-libro-de-roger-santivanez/

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