miércoles, 15 de febrero de 2006

2 POEMAS INÉDITOS DE OSWALDO ROSES



ELEGÍA

(A Miguel Hernández)

Me dicen que eres tierra,
que te moriste sin trabas
como los asesinados
aunque se excusen las balas;
sí, te moriste aquí,
es lo triste que no engaña
mientras te abrían la herida
mortal hasta que se mata.

Sí, Miguel, ¡cierto!, moriste
desde un luchar que se incauta
por desprecios indecentes,
por envidias que desgracian.

Y ¿no hay quien atrevido
lo diga esto del alma,
lo diga como mereces,
cómo el bien se te talaba?

Oh aquí los cuervos acechan
del hombre y no del ansia
de comprender lo de todos,
de enamorar la esperanza.

Mas ¿no hay ninguna boca
que de su miseria salga
de silencio...?, ¿no la boca
que dignifique las palabras?

Oh aquí el odio puja
por vencer antes que nada,
y vence contra más cielo,
contra el grito y su garganta.

No apruebo a la sangre, sangre,
que reduce y no desangra,
que inmoviliza adentro
lo que prefiere arrogancia.

Ternuras de raíz verde
con sus caricias avanzan,
reaparecerán siempre
pues todo esto no basta.

No apruebo trozos de fe,
pizcas de paz..., de batalla
del Amor, no, no más partes
ni retrasos que lo embaucan.

Ante lo amado ni miedo
ni ley que no lo adelanta,
es el Hambre, y se desnuda
más firme ante las garras.

¿Qué culpa tienen los ojos?,
¿qué culpa aún las palabras
que siempre dijeron alto
lo que los cobardes callan?




¿POR QUÉ NO ME DEJARON?


¿Por qué no me dejaron un latido?,
¿qué hice?, ¿qué un niño desamado
en soledad y en miedo derrumbado
por los atardeceres del olvido?

Quería nada, sólo mi pequeño
vivir, su simple dignidad de vida,
valer la espera sólo en mí sentida
como cualquiera..., y que llegara a sueño.

Principio fui que no juzgó natura
contra la intolerancia más lo vano
pues sólo de amor ella se apresura.

¿Por qué no estuve en paz aunque sin cuido
que yo me lo daría, más cercano?
¿Por qué no me dejaron un latido?

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Oswaldo Roses (Málaga, 1965). Publicó en poesía: Cantos de sangre. Barcelona: Ediciones Rondas, 1984 y La muerte más difícil. Cádiz: Ediciones Torre Tavira, 1994. Ha ganado los premios “Encina de la Cañada” (Madrid), “Ángel Martínez Baigorri” (Navarra), “Ciudad de Lucena” y “Villa de Monesterio”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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